Más que una declaración, la temática es propuesta como una interrogante que busca indagar sobre las nuevas acepciones del espacio construido y responder a una serie de preguntas: ¿cómo la sociedad percibe la nueva configuración del espacio físico y virtual? ¿Podría cambiar la forma en la que estudiamos y concebimos las ciudades, y cómo vivimos en ellas tras atravesar una pandemia? ¿Cómo el paisaje y la fauna urbana van a tener un rol estructurante dentro de los espacios urbanos? Y, ¿podrá la arquitectura dejar de ser objeto de consumo del sistema actual para convertirse en objeto de reflexión del mismo?
La complejidad de esta puesta en crisis dependerá del ojo de los espectadores, de las necesidades de los habitantes y la coyuntura, de la profundidad con la que lo aborden los cronistas, de la rigurosidad con la que lo evalúen los críticos, o de la sensibilidad y técnica con la que lo ejecuten diseñadores y constructores. El espacio que conocemos es el mismo, pero ¿habrá nuevas reglas?